Me siento muy feliz porque este es un logro que, sinceramente, solos con mi marido no hubiéramos podido alcanzar. Gracias a la ayuda de Hábitat para la Humanidad, hoy tenemos un baño cómodo y seguro. Es un alivio enorme, especialmente para mis dos niñas, de 3 y 4 años, que están aprendiendo a usar el sanitario. Tener este espacio en condiciones hace una gran diferencia para nuestra familia y nos da tranquilidad todos los días.