El reciente estudio «El valor social de la vivienda» de Hábitat para la Humanidad Paraguay revela que el acceso a una vivienda adecuada es crucial no solo para mejorar las condiciones de vida de las familias paraguayas, sino también para impulsar el desarrollo social y económico en sus comunidades. Este estudio, evaluó las condiciones de vida de 389 familias beneficiarias de viviendas construidas entre los años 2016 y 2017, destacando su influencia en el fortalecimiento del tejido social en Paraguay.
El estudio se centró en tres proyectos de construcción de viviendas en alianza con el sector financiero: “Juntos por tu hogar” con Visión Banco, “Mi casa” con Banco Itaú, y “Por el futuro de nuestros niños”, financiado con fondos propios de Hábitat para la Humanidad Paraguay. A través de un muestreo estadístico y un enfoque tanto cuantitativo como cualitativo, se realizaron encuestas a 175 jefaturas de hogar en Asunción y 16 ciudades del departamento Central. Este enfoque permitió obtener una visión integral sobre cómo la vivienda afecta diversos aspectos de la vida de las personas.
Cuatro hallazgos clave del estudio
- Un aumento significativo en la calidad de vida de las familias tras acceder a una vivienda propia. El 93,5% de los propietarios usa su vivienda para habitarla, y más de la mitad ha realizado mejoras en la misma, lo que refleja un empoderamiento, no solo valoran su vivienda, sino que están dispuestas a invertir en su desarrollo continuo.
- Los hogares con jefatura masculina tienen un ingreso mensual promedio superior en relación a los hogares liderados por mujeres, lo que pone en evidencia la desigualdad de género. Los hogares liderados por hombres tienen un ingreso mensual promedio de Gs. 8.206.701, mientras que los hogares encabezados por mujeres reportan un ingreso de Gs. 5.483.333.
- Solo un 2,5% de los hogares tiene acceso a una red cloacal, a pesar de las mejoras en las infraestructuras de las viviendas, lo que subraya la necesidad de mejorar el acceso a servicios básicos en las áreas periurbanas. Además, aunque el acceso a la electricidad es casi universal (95%), un 12,3% de los hogares reporta cortes frecuentes en el suministro eléctrico.
- El 90,2% de los encuestados valoran positivamente su vivienda e infraestructura, pero muestran una satisfacción media con las edificaciones comunitarias y los recursos financieros disponibles. Las mujeres, en particular, juegan un papel clave en el establecimiento de redes de confianza y colaboración dentro de sus comunidades.
La vivienda como motor de desarrollo
El estudio subraya que el acceso a una vivienda adecuada va más allá de ofrecer un espacio seguro; es un impulsor clave para el desarrollo social y económico. Las familias que viven en áreas urbanas no solo disfrutan de mejores condiciones de vida, sino también de mayores oportunidades educativas y laborales, lo que fortalece su sentido de pertenencia y comunidad. Este enfoque destaca la importancia de replantear la vivienda no solo como un bien material, sino como un medio para fomentar la cohesión social y la resiliencia comunitaria.
En un Paraguay en proceso de urbanización, garantizar que más familias accedan a viviendas adecuadas es fundamental para lograr un desarrollo equitativo y sostenible. Por ende, este estudio refuerza la idea de que una vivienda digna es la base sobre la cual se construyen vidas, se fortalecen comunidades y se impulsa el bienestar y la prosperidad a nivel nacional.
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